Para lograr el equilibrio y mejorar la capacidad de andar con autonomía, el pie puede no distribuir correctamente y provocar dolores tanto en pie, rodillas, cadera y/o espalda. Es decir, con un buen tratamiento ortopodológico corregimos malas posiciones ( pies aplanados, valgos , cayos, espolones de calcáneo…) y hacemos funcionar de una manera más eficiente la cadena de apoyo de nuestro cuerpo.